Convengamos: hay cambios !y cambios! en los edificios
Urgidos por la necesidad de evitar que el patio de servicio del apartamento se llenara de agua con las lluvias y a la vez se filtrara el techo de la vecina de abajo, decidimos poner una persiana, en el espacio pensado para estar abierto.
Lo hicimos casi en contra de nuestra voluntad, pero no quedĆ³ mĆ”s remedio. Era la ventana o el agua, el sol o el viento. La ventana es un elemento incoherente en la pared del edificio. Pero convengamos en que el edificio tampoco es estĆ©tico, no es que hayamos roto ninguna unidad estilĆstica.
AsĆ y todo, es preocupante ver cĆ³mo la necesidad y las expectativas de los vecinos han ido cambiando la fisonomĆa de barrios perifĆ©ricos como la Micro, que nacieron, en su momento para resolver un problema puntual sin atender otras cuestiones “secundarias” como la belleza y el buen gusto.
El caso es que serĆ” bien difĆcil imponer cabalmente la ley en estos lugares, porque nadie puede exigir si es incapaz de garantizar. ¿Por quĆ© no pensaron en su momento que dejar un patio de servicio abierto, inevitablemente, provocarĆa filtraciones y con ello se afectarĆa la estructura general del edificio? ¿Por quĆ© se pusieron ventanales de tan mala calidad?. La gente claro, va a cambiar lo que sea necesario y lo harĆ” segĆŗn sus posibilidades.
Pero estĆ” clarĆsimo que ninguno de estos repartos naciĆ³ para erigirse en patrimonio cultural. Lo que duele, lo que asombra es que en otros lugares de la ciudad, estos sĆ con indudables valores arquitectĆ³nicos, los propietarios hagan y deshagan ante la imperturbabilidad de las autoridades.
El grupo Palmares, por ejemplo, decidiĆ³ cambiar la carpinterĆa de la Discoteca, edificio del patrimonio municipal, ubicado en la calle JesĆŗs MenĆ©ndez. Vamos a pensar que por necesidad, pero las que pusieron nada tienen que ver con el apego a la originalidad que exige cualquier cambio en un sitio patrimonial. ¿No se dan cuenta de que eso que hicieron agrede el estilo del edificio?.
AsĆ hay mĆŗltiples ejemplos en el casco histĆ³rico de la ciudad. La antigua Escuela de EnfermerĆa, hoy local donde reciben clases estudiantes de medicina, es otra muestra de un ataque aberrante a su diseƱo original.
Esos son edificios con valores ¿Con quĆ© criterio aƱaden los elementos que les incorporan?
Lo peor de todo es que muchos de los que tiene que ver con que estas cosas no sucedan estƔn a veces a solo a metros del lugar, con las normas en las manos que otros incumplen a su antojo.
Lo hicimos casi en contra de nuestra voluntad, pero no quedĆ³ mĆ”s remedio. Era la ventana o el agua, el sol o el viento. La ventana es un elemento incoherente en la pared del edificio. Pero convengamos en que el edificio tampoco es estĆ©tico, no es que hayamos roto ninguna unidad estilĆstica.
AsĆ y todo, es preocupante ver cĆ³mo la necesidad y las expectativas de los vecinos han ido cambiando la fisonomĆa de barrios perifĆ©ricos como la Micro, que nacieron, en su momento para resolver un problema puntual sin atender otras cuestiones “secundarias” como la belleza y el buen gusto.
El caso es que serĆ” bien difĆcil imponer cabalmente la ley en estos lugares, porque nadie puede exigir si es incapaz de garantizar. ¿Por quĆ© no pensaron en su momento que dejar un patio de servicio abierto, inevitablemente, provocarĆa filtraciones y con ello se afectarĆa la estructura general del edificio? ¿Por quĆ© se pusieron ventanales de tan mala calidad?. La gente claro, va a cambiar lo que sea necesario y lo harĆ” segĆŗn sus posibilidades.
Pero estĆ” clarĆsimo que ninguno de estos repartos naciĆ³ para erigirse en patrimonio cultural. Lo que duele, lo que asombra es que en otros lugares de la ciudad, estos sĆ con indudables valores arquitectĆ³nicos, los propietarios hagan y deshagan ante la imperturbabilidad de las autoridades.
El grupo Palmares, por ejemplo, decidiĆ³ cambiar la carpinterĆa de la Discoteca, edificio del patrimonio municipal, ubicado en la calle JesĆŗs MenĆ©ndez. Vamos a pensar que por necesidad, pero las que pusieron nada tienen que ver con el apego a la originalidad que exige cualquier cambio en un sitio patrimonial. ¿No se dan cuenta de que eso que hicieron agrede el estilo del edificio?.
AsĆ hay mĆŗltiples ejemplos en el casco histĆ³rico de la ciudad. La antigua Escuela de EnfermerĆa, hoy local donde reciben clases estudiantes de medicina, es otra muestra de un ataque aberrante a su diseƱo original.
Esos son edificios con valores ¿Con quĆ© criterio aƱaden los elementos que les incorporan?
Lo peor de todo es que muchos de los que tiene que ver con que estas cosas no sucedan estƔn a veces a solo a metros del lugar, con las normas en las manos que otros incumplen a su antojo.
Hay que volver a inculcar el amor por el patrimonio. Algo que desapareciĆ³ en las Ćŗltimas 5 dĆ©cadas. QuĆ© bien que hayan escrito este artĆculo ! Da tristeza ver a lo poco antiguo que queda en pie en Puerto Padre con sus balcones y balaustres hecho pedazos . En cambio , se ven balcones al estilo de antaƱo en casas modernas. Si existe el mal gusto de hoy, reparen lo poco antiguo que queda en pie que va a beneficiar al pueblo materialmente tanto como espiritualmente.Solamente tienen que ver el centro de informĆ”tica, tal y como era en 1918.Y ERA UNA RUINA !!
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