Pepe Bosch, médico y sacerdote del cuerpo en Puerto Padre.
El doctor Pepe Bochs junto a su esposa Dagsné Pérez. |
En 1980, cuando se graduó como médico, en la provincia de Holguín, sus profesores y condiscípulos opinaron atinadamente acerca de él: "… Serio, tranquilo, reposado y estudioso, son las cualidades de este compañero que vino de Puerto Padre"; atributos que conserva a lo largo de su fructífero desempeño.
Sin duda alguna, el doctor, José Ramón Bochs Alonso, para sus más cercanos sencillamente Pepe o bochito, ha honrado el calificativo de medicina memorable con su fecunda vida familiar, laboral y social, por lo cual se ha hecho acreedor de figurar, junto a su padre, entre las célebres personalidades que enriquecen el patrimonio histórico, y cultural de la ciencia, en toda esta región.
Querido y respetado por todos, como lógica consecuencia de sus éxitos en el diagnóstico y de su trato amable y comprensivo, el intensivista del hospital, Guillermo Domínguez, es un ser humano colmado de virtudes, cuyo ejemplo ha sido hasta hoy un acicate para trabajar mejor, sin esperar más recompensa que devolverle la sonrisa a cada paciente que la ha perdido por razones de enfermedad.
Ser un buen médico es un reto dentro de la complejidad del actual sistema de salud.
El crecimiento exponencial de la ciencia médica, la presión ejercida por el sistema de un país en vías de desarrollo, los problemas de salud pública que obligan a priorizar el uso de los recursos, en ocasiones provocan en algunos dejar a un lado el sentido humano y altruista de la profesión.
Sin embargo, en Puerto Padre tenemos al doctor Pepe Bochs, cálido y entregado, consejero permanente, sacerdote del cuerpo, compañero del paciente, amigo y apoyo de la familia.
Y es que ser un buen médico va mas allá de la excelencia académica, implica entrega, sacrificio, preocupación por el otro, generosidad, lealtad y honestidad. Ser un buen médico es prevenir y, curar la enfermedad, es conocer las limitaciones de la ciencia, es acompañar en la muerte digna.
Ser un buen médico significa construir país y futuro. Ser un buen médico es también ser maestro y lograr que las nuevas generaciones de médicos sean cada vez mejores. ¡¡Y quien puede decir que José Ramón Bochs Alonso, Pepe o bochito, no es todo eso?.
Doctor, Puerto Padre agradece su existir.
Muchos elogios para el Dr Bosch, pero no le han dado ni un ladrillo para reparar su casa, deberia darles verguenza.
ResponderEliminarEste blog no reparte ladrillos, Alonzo Pinzón
EliminarSaludos para mi profesor y amigo. El merese este homenaje.
ResponderEliminarSaludos para mi profesor y amigo. El merese este homenaje.
ResponderEliminarExcelente persona.No he sido su paciente pero si fui su vecino, él y su familia siempre fueron gente de bien.Dios te bendiga José Luis por este reconocimiento, soy de los que prefiere dar los aplausos en vida.Un abrazo.
ResponderEliminarJose Luis Parra, yo se mejor q ud q un blog no reparte ladrillos, pero en los blogs se debe comentar cualquier opinion y ya q se escribio ese articulo sobre el, q dice q es muy querido y apreciado por elpueblo, tambien es justo decir q cuando el huracan le tumbo el techo de la casa no recibio ninguna ayuda del gobierno, o eso es secreto de estado?
ResponderEliminarNo siempre es ladrillo lo que se necesita mas que eso el reconocimiento del pueblo, este médico ha sido estimulado de diferentes formas en lo material y en lo espiritual ha obtenido más de lo que ha pedido porque no pide nada, el buen médico o profesional se esmera en su trabajo por amor y aunque no reciba nada se siente satisfecho.
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