!La Micro de Puerto Padre en el Puente!
Qué fea se ve esa Micro!, me dijeron esta mañana cuando le mostré a un colega las fotos que había hecho para el puente en la jornada anterior y le dije: ¡pues las voy a publicar!. ¿En qué sitio del mundo no hay lugares feos y bonitos?. Además, muchos de mis buenos puenteros por el mundo salieron de la Micro, y otros tantos tienen allí familiares o buenos amigos.
Hace casi 30 años que la Micro es mi barrio, el más populoso de Puerto Padre por el número de habitantes. Cerca de 30 edificios de apartamentos, la mayoría hoy con grado alto de deterioro por la falta de mantenimiento y el maltrato de muchos de sus vecinos. Hoy algunos de esos inmuebles reciben los beneficios de un programa de mantenimiento y rehabilitación, pero la buena intención se ve opacada por la pereza y la chapucería.
¡La Micro!, donde las aceras se convierten en calles para ciclistas y motociclistas (y hasta para autos en ocasiones), donde la gente está puerta con puerta compartiendo lo que se tiene y lo que se siente, donde bajo el mismo techo de un edificio viven médicos, ingenieros, militares, maestros, y también alcohólicos, folieros, proxenetas y vagos, pero donde muchos duermen con relativa tranquilidad con los ventanales abiertos o conversan en los bancos improvisados del jardín hasta altas horas de la madrugada, para esperar a que “refresque” y entonces dormir, donde los adultos mayores ( no diré ancianos para no molestar) hacen “puestos de mando” como decimos algunos y no se pierden nada de lo que pasa a su alrededor. Donde Chuchi el ginecólogo recibe el afecto de su vecindad y hasta de Didier, alguien que le gusta empinar el codo y vestir los atuendos de los musulmanes.
La Micro, en la salida hacia El Socucho es barrio puertopadrense bañado por la brisa marina, con una vista excepcional desde muchos balcones hacia la bahía (tengo esa suerte), con gente de carne y hueso, que aspira, ama … lucha.
Por eso traigo a la Micro hoy al Puente, porque aunque maltratada por el tiempo guarda para mi esos tesoros que sólo ofrece el barrio de siempre.
Hace casi 30 años que la Micro es mi barrio, el más populoso de Puerto Padre por el número de habitantes. Cerca de 30 edificios de apartamentos, la mayoría hoy con grado alto de deterioro por la falta de mantenimiento y el maltrato de muchos de sus vecinos. Hoy algunos de esos inmuebles reciben los beneficios de un programa de mantenimiento y rehabilitación, pero la buena intención se ve opacada por la pereza y la chapucería.
¡La Micro!, donde las aceras se convierten en calles para ciclistas y motociclistas (y hasta para autos en ocasiones), donde la gente está puerta con puerta compartiendo lo que se tiene y lo que se siente, donde bajo el mismo techo de un edificio viven médicos, ingenieros, militares, maestros, y también alcohólicos, folieros, proxenetas y vagos, pero donde muchos duermen con relativa tranquilidad con los ventanales abiertos o conversan en los bancos improvisados del jardín hasta altas horas de la madrugada, para esperar a que “refresque” y entonces dormir, donde los adultos mayores ( no diré ancianos para no molestar) hacen “puestos de mando” como decimos algunos y no se pierden nada de lo que pasa a su alrededor. Donde Chuchi el ginecólogo recibe el afecto de su vecindad y hasta de Didier, alguien que le gusta empinar el codo y vestir los atuendos de los musulmanes.
La Micro, en la salida hacia El Socucho es barrio puertopadrense bañado por la brisa marina, con una vista excepcional desde muchos balcones hacia la bahía (tengo esa suerte), con gente de carne y hueso, que aspira, ama … lucha.
Por eso traigo a la Micro hoy al Puente, porque aunque maltratada por el tiempo guarda para mi esos tesoros que sólo ofrece el barrio de siempre.
jajajaj ahi veo a Fernando comprando huevo@! Saludos a mi gente!
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