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Rudi, el figaro de la calle 12.


Rudi  es mi barbero.  Me senté en muchos sillones en busca de alguien que me acomodara mis remolinos y él lo logro muy bien; a esa virtud de pelar puedo sumarle su trato respetuoso para el niño, el joven o el adulto mayor, la limpieza en su local y el cumplimiento estricto de su horario de apertura.
 Rudi, además, no es de los que hace los llamados “pelados de prioridad”, que no es otra cosa que pasar,  primero, al que paga 25 pesos, sin tener que hacer la cola, aunque hayan 10 o 15 esperando con 10 pesos (lo que vale un pelado normal, ya caro si recordamos lo que valía hace un tiempo).
 Porque admiro a la gente que trabaja con honradez para ganar el sustento, hoy quise hacerle esta entrevista a Rudiberto Milanés Naranjo, más conocido como Rudi, quien tiene su pequeño salón de barbería en calle DOCE, numero 35, frente a la secundaria Paco Cabrera, en el Puerto Padre adentro, donde nunca llego el asfalto y a donde acuden puertopadrenses de todo el pueblo,  atrapados por su arte como fígaro
PUENTE: ¿Cómo descubriste tus aptitudes para la barbería? 
RUDI:     Empecé a pelar a 2 o 3 chamacos en el barrio y ellos mismos me fueron dando ánimo, me decían que tenia habilidades para pelar y que lo hacía bien, (SONRIE) o regular, porque cuando uno empieza nunca lo hace bien y así comencé.
PUENTE:    Comenzaste la carrera de Ingeniería Forestal y lo dejaste para emprender tu negocio particular de barbería, a partir de la apertura dada por el estado.  ¿Por qué esa decisión?
RUDI:     Es una opción que tiene el cubano para sobrevivir, el  cuenta propia (trabajador privado) siempre tiene su libertad para escoger el día de descanso que desee, mientras con el estado tiene que estar ahí, con el día que te toca descansar.
PUENTE:    Tiene que ver solo con eso, o es una cuestión de ingresos también?
RUDI:    Claro, también tiene que ver con los ingresos. El cuentapropista gana un poquito más, según la demanda que logre con su trabajo. Los salarios del estado en muchos casos no alcanzan para nada, aquí al menos a uno le da para vivir y en algún momento puedes hacer tu ahorro, aunque de cualquier forma uno se limita un poco porque, hoy, es dura la vida como quiera.
PUENTE: Cuales son las principales limitaciones que a tu juicio tiene la actividad de barbería en la actualidad en el territorio?  RUDI:     La venta de los mismos equipos de nosotros: las máquinas, los sillones, el talco que uno lo compra pero sobre precio, las cuchillas no te las venden en grandes cantidades  al por mayor para uno poder decir voy a bajar el precio del pelado, cosas así. Hace falta un mercado mayorista que atienda al sector particular y no acaba de aparecer.
PUENTE:    Donde está el éxito en un emprendimiento privado, cuando mantenerlo con las limitaciones que hablas ya parece difícil.
RUDI:     Tratar de que todo el mundo se sienta complacido, lograr que todo el que se siente en el sillón al final diga: quede como yo quería, hago el esfuerzo porque la mayoría se vaya satisfecho con mi trabajo.
PUENTE: Piensas que el trabajo por cuenta propia llego a Cuba para quedarse?
RUDI:     Si, llegó   para quedarse. Son muchos los que apuestan por él y confío en que las condiciones para su mejor desarrollo estén a las puertas.
PUENTE:    Impregnado de su optimismo salgo de su salón  al tiempo que escucho a alguien que le dice: ¡ asere, aquí hay que venir a las 4 de la madrugada para coger buen turno!, y es que cada día crecen los que desean pelarse con Rudi. No obstante, el Puente tiene la fórmula para evitar una larga cola: ir  de  martes a viernes porque los sábados y domingos:! monina, eso se llena! .
   





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