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Vestida de negro sobre motos, la intrepidez

Apenas el pasado miércoles un grupo de ellos tuvo su actuación en la zona de La Morena, afueras de la ciudad de Puerto Padre. Su afición es la de llegar a la máxima velocidad, ser aplaudidos por los aficionados que se dan cita, y demostrar que tienen la mejor motocicleta.

Se trata de jóvenes que  exponen sus vidas en competencias con escenarios, además, en el municipio de Jesús Menéndez y de la localidad de Delicias,  próximos a la subestación eléctrica.

 Los competidores, que según testigos, no sobrepasan la VEINTENA, no cumplen con las mínimas medidas de seguridad: visten con shorts y sandalias y sus sencillos cascos los llevan mal puestos, como si fueran gorras.

Lo peor, es que algunos circulan de forma errática en uno o en ambos carriles y no se fijan en lo que viene detrás de ellos, mientras, otros aprovechan para hacer acrobacias y maniobras, acostados sobre sus vehículos, al parecer con intención de ofrecer menos resistencia al viento, por la elevada velocidad.

¿Se ha puesto a pensar  el peligro constante que sufren los usuarios de la carretera en los días en que los motoristas deciden ir a probar sus habilidades y las extremas velocidades que llegan a alcanzar?

Vecinos de La Morena relataron, a este comentarista, como el riesgo se incrementa para los propios concursantes, al ser los laterales de ese tramo de carretera vía de tránsito para los rebaños de los ganaderos de la región, en sus labores de pastoreo.

¡Muy temerario lo que hacen!, ¡mucho derroche de adrenalina de los corredores de motos, en Puerto Padre!, pero deben saber que el irresponsable actuar de pasarse por la entrepierna el código de circulación poniendo en peligro la vida de los demás, acaba donde comienza el derecho de los demás a querer seguir viviendo. 

Se impone hacer la denuncia oportuna a las autoridades del orden interior, ante las competencias ilegales de motos, porque con ello no sólo protegemos la vida de quienes no la deben, ni la temen, sino también la de estos muchachos cuyos prematuros años  le impiden comprender el concepto de la desgracia, ya sea por invalidez o muerte.

Hay que frenar a quienes pretenden, hoy, en Puerto Padre, sobre motocicletas, vestir de luto tramos de carreteras.

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