Muchas frutas a ambos lados de la carretera Puerto Padre-Las Tunas.
Este es un material del periodista, Oscar Peña Peña, que publica la www.radiolibertad.cu.
Policromía con sabor y olor natural a lo cubano sintetizan los más de diez espacios para la oferta de frutas, existentes en ambos laterales de la carretera entre Las Tunas y Puerto Padre, con predominio en Becerra, Río Blanco y Vázquez. El cambio climático y su influencia en el entorno adelantan la maduración del mango moro, aplatanado junto al hilacha, el bizcochuelo, el filipino o el hueso que ya no es primero en inaugurar la cosecha y quiere cautivar a quienes optan por uno de los diversos recipientes, cotizado entre 10 y 30 pesos, acorde al gusto del consumidor, mayormente en tránsito y ávido por aceptar el reto con bolsas y bolsillos.
Cuando el astro rey permanece mayor tiempo en su cenit, beneficia al vendedor, pues suscita la degustación de radiantes grosellas, exuberantes marañones, variedades de ciruelas y platanitos maduros, todos con aportes significativos a la felicidad humana, dado el distanciamiento de los mejunjes industriales, importantes, pero invasivos.
La posibilidad de ejercer el trabajo por cuenta propia en ciclos de máxima cosecha o todo el año, genera opciones a los oficiantes, quienes tienen enclaves próximos a las viviendas, así ocurre en Velazco 23, con fruteros permanentes y variedades de estación.
En ese y otros escenarios es posible acceder a una docena de clases de mangos, cuatro de mamey, igual de platanitos, melón, cítricos, Fruta Bomba, Canistel, anoncillos, uvas chinchillas, anón y La Guanábana, hoy de amplia demanda contra varias dolencias, además de su exquisitez única en la conformación de la champola, retadora del verano y del calor.
Hasta el aliñado, como bebida típica para brindar por la bienvenida de un nuevo ser, asegura ingredientes en los puestos laterales de la carretera entre Puerto Padre y Las Tunas , donde fulgura el criollismo de frutas , ciento por ciento ecológicas, procedentes de pequeñas fincas y patios en Río Blanco, El Yarey, Nueve Palmas, La Ciguaraya y demás sitiales del prodigioso suelo.
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