De Tampa a Puerto Padre. Remembranzas.
Por Luisa Céspedes. Puentera 100%
Hoy a las 8:54 AM.
Cada día camino por un Puente amigo. Hoy las lluvias que limpian las calles de la villa verde-azulina (algunas ya ni con la sombra de asfalto), arrastraron mis pensamientos a mis tiempos cuando, aunque lloviera, tronara o relampagueara, salía bien temprano rumbo a la escuela.
De niña a la de San Antonio. Primero a escuchar las lecciones de Luis, el maestro. Mas tarde las de Chema (como familiarmente le dicen). Para ellos mis respetos.
Con los años se invirtió la posición. La pizarra no me queda delante, era toda mía! y ante ella otros niños esperaban lo que fuera capaz de transmitirles. Y Miren ustedes! las lluvias de hoy allá en mi pueblo y las nubes que cubren a Tampa ubicaron mi pensar en la escuela donde debuté, la de Salgacero. Como se llama? Ahora las lloviznas borraron la pizarra de mis recuerdos. Lo siento!. El hecho es que, bajo temporal, o no, allá iba cada día. No era fácil, ni corto el trayecto. Entre cañaverales muy solitarios y por este tiempo con tanto fango! Pero iba! Siempre iba!
A veces algún tractor que se encargaba de maquillar mi cuerpo y decorar mi ropa con salpicadura de lodo, pero con tan buena suerte conté siempre con la compañía de un entrañable compañero: Alberto Velázquez, Beto, al que hoy, rindo silencios homenaje aquí en mi solitario cuarto y dedico estas remembranzas porque ya está en el cielo.
Así iniciaron amistades que perduran hasta los días de hoy, con lluvias, sin ellas, cerca o distantes: ! Perduran! Entre ellas, con las Parras, Familia de grandes maestras. Con mi gran amigo Arnaldo Pérez (Quien me apodo Tia Vitalia) y muchos que no menciono por que la lista es larga. Para todos mis mejores recuerdos, porque, las huellas, aun no las han borrado las lluvias de tantos años.
Ya me bajo del puente; las nubes grises empañaron mi catalejo. Lo dejo en reposo, no obstante, siempre volveremos. Este, es el camino el de Un Puente desde Puerto Padre.
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