Vamos a Sudamérica a felicitar a un amigo!
No alegramos que como usted dice la presbicia lo haga verse hermoso y joven como cuando caminaba por las calles de su pueblo natal.
Prueba de su grandeza humana es que en Puerto Padre dejó amistades tan grandes, que han superado la barrera del tiempo y la distancia y se mantienen incólumes, siempre recordándole con una sonrisa en los labios.
Profe, no tengo el don de escribir como usted, pero quería extender el Puente hasta Sudamérica, puede ser Argentina o Brasil, no sé, pero sé que llegaré, le abrazaré y no lo haré solo, me acompañan su hermano de la vida, Juan Carlos Cuba Marchán, y también la sangre del Boquerón, Recaredo, Mani, los muchachos.
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